miércoles, 29 de noviembre de 2017

Basílica de Jesús del Gran Poder, Sevilla

La actual Basílica Menor de Jesús del Gran Poder, título incorporado por Breve Pontificio dado en Roma por San Juan Pablo II el 29 de diciembre de 1992, se edificó como lugar en el que acoger y dar cabida a la gran devoción que desde siglos atrás había profesado el pueblo de Sevilla a la Bendita imagen del Señor.

Basílica de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder

Aunque el asiento en la Plaza de San Lorenzo arranca con el s. XVIII, desde el inicio del s. XX la Hermandad del Gran Poder tenía la necesidad de crecer y dar cabida a los fieles que, especialmente cada viernes del año, querían venerar a su Señor. Tras un primera intento en 1931 coincidiendo con el V Centenario de la Hermandad y diversas gestiones en la década siguiente, en 1953 se solicita a la Capitanía General de la II Región Militar, la cesión del cuartel de la Gavidia y las dependencias del antiguo Colegio de San Hermenegildo. Aunque la operación estuvo a punto de fraguarse en un proyecto de grandes proporciones, finalmente en 1958 los hermanos deciden mantener su ubicación en la Plaza de San Lorenzo y comprar el edificio de la Jefatura de Obras Públicas, solar en el que se ubicaría el nuevo Templo.
Incorporado el solar al patrimonio de la Hermandad por tres millones y medio de pesetas y siendo Hermano Mayor Miguel Lasso de la Vega y Marañón, en 1960 se inició el proyecto de edificación. Un proceso que se demoró por las dificultades económicas por las que hubo de pasar la Hermandad hasta poder concluir su anhelo en 1965. El proyecto de arquitectura fue realizado por los reconocidos arquitectos sevillanos Alberto Balbontín Orta y Antonio Delgado Roig.
El 27 de mayo de 1965, festividad de la Ascensión, son trasladados los dos pasos con los titulares a la Santa Iglesia Catedral en una procesión matutina, haciendo procesión de regreso en la tarde y entrando por primera vez en el templo al filo de la media noche. El templo se consagró el día siguiente, viernes, por el Cardenal José María Bueno Monreal. En el año 1992 se efectúan reformas de instalaciones, cerrándose al culto y colocándose las imágenes en el atrio en un altar provisional durante unos meses. En el año 2008 se realizan nuevas obras,  adecuándose el camarín para la mejor conservación de la imagen del Señor, así como para el acceso a éste de discapacitados. Además se dota a la Basílica de un columbario y una nueva balconada en el coro en la que dar cabida al órgano del s. XVIII donado a la Hermandad.
El edificio ideado por Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado Roig, es un templo de corte historicista, construido con materiales contemporáneos y acabado clásico, que aporta la solución de la planta centralizada para focalizar la atención única y primordial en el Señor del Gran Poder.
Se accede al mismo por una portada que mezcla elementos renacentistas y barrocos que repiten un mismo esquema ascendente: el de la propia puerta para albergar en un frontón partido el escudo, uno segundo para la cartela de la fecha de consagración y un tercero para la espadaña, de similar estructura en tamaño descendente, con tres campanas y una cruz de forja. El resto de la fachada de la Basílica se integra en la Plaza con la edificación de las dependencias auxiliares de la Hermandad y la propia Parroquia.
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El interior es una planta circular precedida por un nartex o atrio porticado con grandes balconadas en los laterales, cuyo acceso a la nave es mediante una segunda portada a eje con la exterior. La nave es sencilla y sólo se compone en alzado de un zócalo de gran altura de mármol rojo y negro (Gascó, 1965) y el paramento estriado blanco, ornamentado con las catorce estaciones del Vía Crucis en otros tantos lienzos (Antonio Agudo Torrico, 1996). La cubierta de la Basílica es con una bóveda semiesférica rebajada decorada con casetones y una linterna central.  En su espacio frontal se sitúa el presbiterio que alberga un retablo camarín, (Guzmán Bejarano, 1965) copiado de los retablos de la Capilla de San Lorenzo (s. XIX). En él se ubican las imágenes del Señor ante la venera central, sobre el mismo pedestal de mármol en el que estuvo en la Capilla, más la Santísima Virgen y San Juan en las calles laterales. El Sagrario (Orfebrería Triana, 2000), representa la fachada de la Basílica de San Juan de Letrán, a la que la Hermandad se encuentra por dos veces agregada. A los lados del retablo se disponen dos puertas de acceso tanto a las escaleras del camarín, como al resto de dependencias auxiliares del templo: sacristía, despachos basilicales y tesoro en el del lado del Evangelio, mientras que en el lado de la Epístola se evacua el camarín, se accede a la Capilla Sacramental y al Columbario, y se circunvala la Basílica por el conocido como pasillo de los beatos.
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Plaza de España, Sevilla

Con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 se construye en la ciudad de Sevilla, entre otros edificios, la magnifica Plaza de España, símbolo de la llamada arquitectura regionalista cuyo máximo exponente es el arquitecto Aníbal González. Destaca por la acertada combinación del ladrillo visto de su estructura con los azulejos y variados adornos de cerámica polícroma.
Los principales atractivos de la plaza lo constituyen su lago semicircular, las torres gemelas, los bancos en los que aparecen, mediante azulejos, 49 provincias provincias españolas y su bellísimo artesonado.
Plaza de España

 Fue diseñada por el gran arquitecto local sevillano, Aníbal González. Su forma semielíptica es un símbolo del abrazo entre la antigua metrópolis y sus colonias. Además, el edificio que la bordea mira hacia el Guadalquivir, lugar desde el que se emprende el viaje a América.

Plaza de España

Tendría que haber 50 bancos en vez de 48, pero cuando la plaza se construyó, Canarias solo tenía una provincia. Hasta 1927 no se dividiría en Gran Canaria y Tenerife. Por otra parte, Sevilla no aparece representada junto al resto de provincias, ya que se representa en otros cuatro murales de la plaza.

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Cuando la Plaza de España fue construida, se planeó que tras la Exposición Iberoamericana, el edificio albergase la Universidad Laboral de Sevilla. No obstante, al final se repartió entre diversos organismos oficiales como la Delegación de Gobierno en Andalucía y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Plaza de España

 La distribución alfabética de las ciudades no se respeta en en la provincia de Navarra por un motivo: cuando acabó la Exposición Iberoamericana de 1929 se quitó el azulejo La muerte de García IV de Navarra por ser demasiado violento. Los ceramistas lo suplantaron creando Reparto del reino de Navarra, en la que se ve al rey rodeado con sus hijos. Esta obra cambió el encabezado de Navarra por el de Pamplona, arruinando así el orden alfabético.

Plaza de España

Sobre los 48 bancos de la Plaza de España hay 48 bustos que representan a ilustres personajes de la historia española como Quevedo o Velázquez.

Plaza de España



Real Maestranza de Sevilla

Hacia 1760, la Real Maestranza de Caballería acometió la empresa de construir un edificio de fábrica, para sustituir a las plazas provisionales de madera que se habían levantado antes en el mismo emplazamiento. Se iniciaba así un proceso constructivo que se alargaría durante 120 años, cubriendo distintas fases y superando serias dificultades hasta concluir el cerramiento total en 1881.
Se pueden distinguir cuatro períodos constructivos desde que en 1730 se recibieran los privilegios reales para poder construir una plaza de toros.

1730-1761. LAS PLAZAS DE MADERA

1730.Tras la concesión por parte de Felipe V del privilegio de celebrar corridas de toros, la Real Maestranza decidió construir su propia plaza de toros en un sitio del Arenal próximo al actual emplazamiento entre el convento del Pópulo y el llamado monte del Baratillo; era de madera, rectangular, como la plaza de San Francisco, la plaza principal de Sevilla donde se celebraban los festejos públicos. De madera, contaba con balcones altos y bajos y andamios o gradas en el resto.

1733. Se desmonta la plaza primitiva para construir una nueva de madera, pero esta vez de forma redonda, ochavada, ya que la experiencia había demostrado lo peligroso que resultaba torear en esta plaza por sus cuatro vértices. Se comienza el rebaje del monte del Baratillo, y se levanta la plaza en este sitio convenientemente adecuado. Sus localidades eran similares a las del anterior coso, con balcones y cajones precedidos por un tarimón o gradillaje.
En agradecimiento, el Rey concedió importantes y decisivos privilegios a la Corporación, que desde ese 1739. Se levanta una tercera plaza, Sólo tenía balcones y andamiadas, más similar al coso actual, y disponía de cuatro puertas, además de la del toril.
1749. La Corporación comienza a construir una serie de dependencias, en cantería, adosadas a esta plaza de madera, como carnicerías, caballerizas y más tarde casas y almacenes, configurándose el futuro aspecto de la plaza, enmarcada por diversas construcciones.
1749. La Corporación comienza a construir una serie de dependencias, en cantería, adosadas a esta plaza de madera, como carnicerías, caballerizas y más tarde casas y almacenes, configurándose el futuro aspecto de la plaza, enmarcada por diversas construcciones.
1759. Se levanta una cuarta plaza de madera, que debía coincidir en su disposición con la anterior, desmontada en 1756 al prohibirse los toros en 1754, y que fue la que pervivió mientras se construía la de fábrica.
1761. Para acabar con los costes y complicaciones de una arquitectura efímera, la Real Maestranza comienza la construcción de la plaza de "material", según proyecto de Francisco Sánchez de Aragón. Se construyeron entre 1761 y 1762 tres ochavas (partes del hipotético polígono de 30 lados que conforman el edificio). En los últimos meses la dirección de las obras estuvo a cargo de Pedro de San Martín.
1763. Se inicia una segunda etapa, introduciendo variaciones sobre el plan inicial. Se aprueba el diseño original de la portada y el Balcón del Príncipe y la obra exterior, como la galería cubierta superior. Hasta 1766 se construyeron seis ochavas y media más, bajo la dirección de Pedro de San Martín. Etapa decisiva, pues se realizó el sector principal del edificio y quedó definida la parte sustancial de la imagen interna y externa de la plaza.
1766. Las obras quedan suspendidas por dificultades económicas durante 15 años.
1783. Última etapa constructiva del siglo XVIII, en la que se erigen dos ochavas más, con sus correspondientes balcones, tendidos y almacenes.

1785. Carlos III prohíbe las corridas de toros en todo el país. Comienza un período de 60 años en el que las obras de fábrica no avanzan. Los trabajos realizados se limitan a reparaciones en la parte que seguía siendo de madera y numerosos arreglos. Algunas reformas tuvieron incidencia en el posterior desarrollo del proyecto, como la posible reducción del ruedo en 1830, con la aparición de los burladeros en sustitución de los huecos que debía haber en la barrera. Esta reforma posiblemente dio lugar en el callejón a las localidades llamadas "cajones", primero de madera y luego de fábrica, que anteceden a las localidades que hoy se llaman de barrera.
La Real Plaza de Sevilla se distingue por un elemento singular, la irregularidad del trazado de su coso. Es conocido cómo los 120 años que duró su construcción (1761-1881) influyeron en las deformaciones que hoy presenta, así como en la variedad y calidad de los sistemas constructivos empleados. La etapa constructiva del siglo XVIII (1761-1785) se divide en dos fases diferenciadas.
En la primera (1761-1766) se lleva fielmente a cabo el plan de construcción inicialmente previsto por Francisco Sánchez de Aragón. Por el arco del ruedo que describe puede pertenecer a una plaza circular de treinta ochavas.
En la segunda etapa (1781-1785), sin embargo, comienza a deformarse el círculo al reducirse el ruedo para ajustarla al terreno disponible o para adaptar las dimensiones al toreo a pie que venía imponiéndose por aquellos años. De esta forma, Vicente de San Martín desplaza el centro del círculo describiendo desde este nuevo centro un círculo de radio más corto. El resultado es la conocida forma ovalada de su planta. Posteriormente, para ajustarse al ámbito de una plaza más pequeña, desplazará un nuevo centro intermedio, tal como se observa en los planos adjuntos.


martes, 28 de noviembre de 2017

Barrio del Albaycín, Granada

El Albaycín es el antiguo barrio árabe. Comprende la zona situada entre la colina de la Alhambra, el cerro de San Cristóbal; el Sacromonte y la calle Elvira.

El Albaycín constituye un mundo aparte en el conjunto granadino. Esto se debe a la fuerte influencia musulmana. Fue en este lugar donde se erigió la primera corte musulmana en el siglo XI, la zirí.

La ciudad descendía por San Nicolás hasta las márgenes del río Darro, pobladas de lujosos cármenes y dotados de espléndidos baños públicos, como muestran los del Bañuelo.

El máximo momento de esplendor del Albaycín fue en los últimos años del dominio nazarí, una población de más de cuarenta mil habitantes y treinta mezquitas.

vista de la alhambra desde albayzin

Las calles eran muy estrechas y las casas pequeñas y limpias, además de contar con numerosos aljibes, algunos de los cuales han llegado a nuestros días. 

Tras la Conquista, a los musulmanes se les asignó como lugar propio de residencia el barrio del Albaycín. Pero, bien pronto la población se iba a enrarecer. 

Las constantes sublevaciones, obligaron a los monarcas a expulsar del Reino a los que practicaban la religión musulmana. 
Las mezquitas fueron demolidas y sobre los mismos emplazamientos se levantaron las numerosas iglesias que hoy lo pueblan. 

una torre en el albaycin de granada

Los moriscos dejaron sus casas, lo que fue aprovechado por los cristianos ricos de la ciudad baja para edificar suntuosos cármenes. 

Este es un barrio para relajarse, para recorrer todas sus callejuelas y descubrir cosas que no vienen en guía alguna.

calles con flores en el barrio del albaycin de granada


Monumental de Frascuelo, Granada

Puerta principal de la Plaza de Toros de Granada 1928

Desde antaño, al igual que en multitud de ciudades españolas, en Granada se corrían toros en las plazas de la ciudad, Plaza Bib-Rambla fue testigo de ello.  Hasta mediados del S. XVIII no existía un lugar  concreto destinado a la Tauromaquia hasta que la Real Maestranza de Caballería construyese en 1768 La Vieja Plaza de Toros del Triunfo, tras la de Madrid (1751) y la de Ronda (1761), por lo que 1768 es el año en que comienza la verdadera historia taurina moderna de Granada.

 En el año 1876 un incendio dejó consumida en cenizas la que fue la primera Plaza de Toros de Granada, dando paso tres años después a la construcción del segundo coso granadino: La Plaza de Toros del Triunfo, levantada en terrenos próximos a la anterior y con una capacidad superior a las 14.000 localidades. Tras un desastroso ciclón que derribó la parte alta y reduciendo considerablemente su aforo a 8.000 localidades, comenzaron a llamarla “La Chata”. Su estructura quedó muy debilitada hasta que en 1948 se determinó su cierre definitivo y posteriormente comenzó su derribo para dar paso a los actuales Jardines del Triunfo.

En 1928 se inauguró la tercera y definitiva: La Nueva Plaza de Toros de Granada y es que, como bien dice el refrán, a la tercera va la vencida. Durante dos décadas Granada contó con dos plazas de toros, existiendo gran competencia entre ambas.


A principios de 1927, un grupo de amigos formado por Rafael Moreno (Lagartijillo Chico – figura sobresaliente del toreo del S.XX -), el Marqués de Dílar, el Conde de Guadiana, José Castinello y Celestino Echeverría, ganó el concurso público para la explotación de la actividad taurina en la Plaza de Toros del Triunfo, pero poco después y de forma inexplicable los propietarios cambiaron de opinión, arrendando el coso a D. Rogelio López Cravioto.

El día 14 de Mayo de 1927, ante el notario se constituye legalmente la Sociedad Nueva Plaza de Toros S.A. Preside la misma el Marqués de Dilar, siendo consejeros, el Conde de Guadiana, D. Celestino Echevarría y José Moreno “Lagartijillo” y como secretario, Valeriano Torres.

El  proyecto del arquitecto Ángel Casas fue el elegido, el cual estuvo guardado 15 años tras haberlo presentado en 1912 para que la ciudad contara con un gran coso taurino. El 3 de Julio de 1927 salió a licitación la construcción de La Plaza y finalmente se le adjudicaron al maestro de obras granadino, José Jiménez apodado “El Pajarero”, que en un alarde de aptitud y eficiencia se comprometió a terminarla en menos de un año. Y así fue.


 La Nueva Plaza de Toros de Granada se inauguró el 30 de Septiembre de 1928 con una corrida de toros en honor a “La Virgen de Las Angustias” Patrona de Granada, que lidiaron los diestros Manuel Jimenez “Chicuelo”, Joaquín Rodriguez “Cagancho” y Fermin Espinosa “Armillita Chico”, con toros de Concha y Sierra.


Esa misma mañana fue bendecida por el párroco de San Ildefoso y se repartieron 4.000 kg de pan para los pobres. La inauguración fue un éxito ya que por tan solo unas pocas localidades, no se completó el aforo. Tumbaquito es el nombre del primer toro en pisar el ruedo granadino, que fue lidiado por Chicuelo.

Esa misma tarde, a la misma hora y casi rozando el lleno, se lidiaron 6 hermosos toros en la Plaza de Toros del Triunfo. Algunos aficionados salían a media corrida de una plaza a otra para alternar la una y la otra. La afición por el arte de la Tauromaquia era sorprendente, se podría decir que esa tarde, más de 22.000 personas al compás de Pasodobles presenciaron corridas de toros, en un día, que además, amenazaba con lluvia.

El mismo año de su apertura, fue bautizada como Monumental de Frascuelo en homenaje al grandioso torero granadino. Y si de Maestranzas hablásemos, habría que citar que esta plaza no es propiedad de los maestrantes granadinos, con lo cual, no le corresponde tal titulación. Tanto la Plaza de Toros del Triunfo como La Nueva Plaza de

 Toros de Granada, han estado siempre en manos de empresas privadas.

La Monumental es una de las 10 plazas de toros más grande de España, con 9.000 m² construidos y consta de tres pisos: tendido general, gradas y andanadas. El diámetro del ruedo mantiene su diámetro original de 50 metros.

Inicialmente se diseñó con un aforo de 14.500 localidades pero en la última década del S.XX fue reducido a 12.500, siendo los tendidos más cómodos tras esta medida.  Construida en estilo neomudéjar, posee estructura de hormigón con cerramientos de ladrillo visto que forman vistosos encajes adornando la fachada y está cubierta de tejas de cerámica vidriada. Sus arcos son de medio punto y de herradura, conservando así ese aire árabe en su construcción, el cual encaja a la perfección con los lugares más emblemáticos de la ciudad como La Alhambra o Puerta Elvira. Desde 1992 es declarada Bien de Interés Cultural en España por su valor arquitectónico.

Monumento a Fray Leopoldo de Alpandeire, Granada

Si hay un “santo” especialmente querido y venerado por los  granadinos ese es Fray Leopoldo de Alpandeire. Su iglesia y su cripta son lugares de peregrinación el día 9 de cada me y su figura se encuentra muy presente en la ciudad. Un ejemplo es el Monumento a Fray Leopoldo.


El Monumento a Fray Leopoldo se ubica en los Jardines del Triunfo, junto al Hospital Real. La  estatua es de un gran realismo, ya que nos muestra un Fray Leopoldo vestido con la indumentaria capuchina y con las manos bajo el hábito. Esta escultura mide 2,30 metros aproximadamente y se encuentra elevada sobre una peana redonda de mármol con el símbolo de la orden de los Capuchinos. Está realizada en chapa de bronce con la técnica de forja y soldadura autógena,  con varilla de aportación del mismo material.
MONUMENTO A FRAY LEOPOLDO DE ALPANDEIRE
El autor de la escultura  es Miguel Moreno Romera, granadino, y  nuestro más reconocido orfebre. Se formó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Granada, y en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde se doctoró. Su obra conjuga técnicas tradicionales con otras más vanguardistas, y realiza esculturas tanto para espacios públicos como para particulares, teniendo siempre como referente el cuerpo humano.

El Monumento a Fray Leopoldo, ensalza la figura de este religioso, que en vida fue muy querido. Nació en Alpandeire (Málaga) en 1864, e ingresó en el convento de los capuchinos de Sevilla en 1899. Se trasladó a Granada en 1914 y durante 50 años recorrió las calles de la ciudad pidiendo limosna para los pobres y atendiendo a cuantas personas se acercaban a él. Murió en Granada el 9 de febrero de 1956, cuando ya se había ganado la fama de hombre bueno y santo.
Fue propuesto para beato en el año 1961, y tras atribuírsele varios milagros, fue declarado “venerable” por la Iglesia Católica. Su beatificación tuvo lugar en Granada el 12 de septiembre de 2010 en una ceremonia que congregó a más de 60.000 personas.
El Monumento a Fray Leopoldo fue promovido por el Ayuntamiento de Granada y se costeó por suscripción popular. Se situó en un principio junto a la Puerta de Elvira, y se inauguró el 9 de febrero de 1999. Días antes sufrió un acto vandálico en el cual unos desconocidos prendieron fuego al plástico que protegía la escultura. La obra no sufrió daños, pero tuvo que ser limpiada a conciencia. Finalmente se trasladó a los Jardines del Triunfo, donde podemos visitarla a día de hoy.

Piononos de Santa Fe, Granada

LA HISTORIA DEL PIONONO® ARRANCA EN EL AÑO 1897
Cuando Ceferino Isla González, que ya había sido aprendiz interno en el obrador de Manuel “el Gallego”, se estableció en la Calle Real de Santa Fe, para abrir su propio obrador de pastelería exactamente donde se encuentra ubicada la actual Casa Isla.
Ceferino, muy devoto de la Virgen, quería rendir un homenaje al Papa que en 1854 había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Éste no era otro que Pío IX (Pío Nono); el último Papa Rey, el Papa bajo cuyo pontificado los Estados Potificios pasaron a formar parte de la nueva Italia que surgía con la reunificación, quedando dichos estados reducidos a la mínima expresión: la actual Ciudad del Vaticano.
En este contexto Ceferino madura su idea de “crear” un nuevo pastel que no sólo lleve el nombre del Papa (de ahí surge el nombre de pionono®), sino que además el pastel recuerde la figura papal: aspecto cilíndrico y algo rechoncho (bizcocho humedecido enrollado sobre sí mismo), revestido como el Papa con un balandrán blanco (canastilla de papel en cuyo interior se deposita el bizcocho humedecido), y coronilla de crema azucarada y tostada sobrepuesta al cilindro de bizcocho, que quiere simbolizar el solideo con el que el Papa cubre su coronilla.
ceferino isla historia de Casa Isla
Ceferino Isla, era descendiente de la familia Isla, oriundos de Rincón de Isla, en la provincia de Cantabria, algunos de cuyos miembros bajaron durante la Reconquista a liberar Sevilla, estableciéndose allí.
La devoción de Ceferino Isla dio lugar a la creación del dulce más famoso y reclamado de la provincia de Granada, el pionono de Santa Fe. Hoy se sigue elaborando en nuestro obrador de forma artesanal, con materias primas de primera calidad, tal y como se hacía en sus inicios.

Alhambra de Granada

La Alhambra de Granada es un símbolo de la historia de la Península Ibérica, donde las conquistas y la cultura se entremezclan para dar vida a un monumento excepcional declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que ha servido de inspiración para artistas, escritores y poetas con el pasar de los tiempos.

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La Alhambra es uno de los monumentos que sin duda es de visita indispensable cuando te encuentras en la ciudad de Granada. Sus paredes por si misma cuentan historias que se remontan al siglo IX cuando los árabes conquistaron la Península Ibérica.

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Hablar de la Alhambra es retroceder en el tiempo y contemplar como poco a poco en el trascurrir de los siglos se fue construyendo este magnífico palacio que es Patrimonio de la Humanidad desde 1984. La Alhambra se la denomina ciudad palatina, puesto que en su interior encontramos varias zonas bien diferenciadas de las que destacaremos el Generalife y sus Jardines, así como el patio de los leones y el palacio de Carlos V.

El origen de este espectacular palacio Nazarí, que es una de las mayores obras maestras del arte árabe en todo el mundo, se remonta a la construcción de una sencilla fortaleza erigida en el siglo IX denominada ‘Alhambra’, que significa “la Roja”, debido al  color de la tierra que se había empleado en su construcción. Fue en la dinastía Nazarí cuando empezó su transformación hasta convertirse en lo que actualmente conocemos.


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Toda la Alhambra estaba rodeada por una invencible  muralla que la guardaba de los ataques, enlazándola con la muralla general de Granada. Las cuatro puertas principales de entrada y salida son: Puerta de la Justicia, puerta de los Siete Suelos, puerta del Arrabal, puerta de las Armas y puerta del Vino.

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La Puerta de la Justicia es también conocida como Puerta de la Explanada por el amplio espacio que se extendía ante ella. Su majestuosa figura preside todo el espacio y se ha convertido en uno de los símbolos de la Alhambra.

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La Alcazaba era la zona militar, en donde se encontraba la defensa y vigilancia del recinto y con ello fue la parte de construcción más antigua de la Alhambra. Las primeras edificaciones árabes realizadas se corresponden con la época califal, siglo XI posteriormente ampliándose las mismas al convertirse Granada en capital de uno de los reinos de Taifas.


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La torre del Homenaje que se encuentra en la parte más alta de la fortaleza y la torre de la Vela que es la torre de defensa más grande.

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El palacio de Carlos V es un monumento grandioso que a pesar de su grandeza rompe con la exquisitez de los otros monumentos debido a su arquitectura más robusta y cuadricula. A pesar de ello es un monumento curioso y artísticamente complejo, en su interior se encuentran algunas exposiciones.

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El Partal que significa pórtico, corresponde a la zona de las viviendas de los criados del palacio, en él predomina su estanque y las bellas flores que lo adornan.


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El Patio Cordobés

El patio cordobés proviene de los patios de las casas romanas, o lo que es lo mismo, la casa típicamente mediterránea, de exterior sencillo, y sin escalones (al menos no muchos), a la que se accedía desde un patio, con solería de mármol y fuente central.

 Los árabes mantuvieron esta tipología, aunque les añaden los "riat" (arriates) con flores y agua, que provenían del pozo o de la fuente.

 Y en la Edad Media continúa siendo el patio uno de los elementos más importantes en todas las construcciones, incluso en las religiosas. Pero lo que hoy conocemos como "Casa de Vecinos" tiene su origen, ya en la edad moderna, en la necesidad de aumentar, debido a la enorme demanda, el número de viviendas que se produjo con la emigración que hubo del campo hacia la ciudad. Estas viviendas debían ser, en primer término, asequibles, por lo que se creó un tipo de construcción parecido a las antiguas posadas. Muchas de estas casas eran antiguas casas de la aristocracia, que se modificaban levantando escaleras para acceder a la planta de arriba y haciendo habitaciones para todos los vecinos. 

El patio popular cordobés, como lo conocemos en la actualidad, está formado por una discreta entrada en zaguán que da acceso al patio, donde se sitúan los lugares comunes de la casa: lavaderos, cocinas y aseos, y que da acceso a las viviendas de los vecinos. Las paredes del patio suelen estar encaladas y llenas de macetas con geranios, jazmines, nardos, rosas, gitanillas y claveles, que le imprimen un colorido y aroma singulares. Además, suele destacar la presencia del típico pozo, en el centro o a un lado del patio, y la escalera que da acceso a las habitaciones superiores. En algunos casos incluso podemos encontrar naranjos o limoneros. 


El Ayuntamiento de Córdoba inauguró en el año 1918 el Festival de los Patios Cordobeses que ahora nos ocupa, aunque siempre se ha especulado con que fuera creado hacia 1933, ya que fue en esta fecha cuando comenzaron a popularizarse. Los concursos pararon durante la Guerra Civil, pero en la década de los años 50 volvieron a realizarse gracias, sobre todo, al impulso del alcalde Don Antonio Cruz Conde, restaurándose, incluso, algunas de las casas afectadas durante el período bélico. Además, en el último tercio del siglo XX se ha dado un nuevo impulso al festival con la creación de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, cuya finalidad es la de evitar que se pierda la tradición, ya que se ha ido produciendo el despoblamiento y un gradual envejecimiento de la población en el casco antiguo. Cierto es que la gran mayoría de los patios están situados en los barrios más antiguos de la ciudad.

MONUMENTO A MANOLETE, CÓRDOBA

El monumento a Manolete es un conjunto escultórico dedicado al torero Manolete que se encuentra en la plaza del Conde de Priego de la ciudad de Córdoba (España). Este monumento, obra del escultor Manuel Álvarez Laviada, fue inaugurado el 8 de mayo de 1956.

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El 8 de mayo de 1948, por iniciativa del concejal del ayuntamiento de Córdoba Francisco Cabrera, el entonces alcalde de la ciudad Rafael Salinas descubrió un busto en la plaza de la Lagunilla donde vivió durante muchos años el torero. Para ello se compró el busto que el escultor Juan de Ávalos había realizado de Manolete en bronce, réplica del original de mármol.
Sin embargo, el sentir del pueblo cordobés era la erección de un monumento al torero, para lo que se abrió una suscripción pública para costear el mismo. Como ésta no dio sus frutos, el ayuntamiento propició la celebración de una corrida de toros que pudiera recaudar fondos para el citado monumento. Liderados por el torero mexicano Carlos Arruza y con toros cedidos por diferentes ganaderías, el 21 de octubre de 1951 con la participación entre otros del cordobés José María Martorell se celebró la magna corrida que obtuvo una recaudación de 800.000 pesetas.
El ayuntamiento de Córdoba convocó un concurso de proyectos que fueron expuestos en la Sala de Arte Municipal. El emplazamiento elegido fue el de la plaza del Conde de Priego en el barrio de Santa Marina. El jurado eligió el proyecto del escultor Manuel Álvarez Laviada inaugurándose el conjunto escultórico el 8 de mayo de 1956.

Plaza de las Tendillas, Córdoba


PLAZA DE LAS TENDILLAS

Como no podía ser de otra manera, el corazón de nuestra ciudad, la Plaza de las Tendillas, tenía que estar presente en este apartado referente a los lugares de interés, como un lugar de paseo, de encuentro, de celebraciones, e incluso de manifestaciones, en definitiva, como fiel espejo de los que hoy es Córdoba. Para conocer los inicios de la Plaza de las Tendillas tenemos que remontarnos a principios de la pasada centuria, siendo alcalde de la ciudad Don José Cruz Conde. Fue entonces cuando se decidió derribar, en el año 1924, el antiguo Hotel Suizo, que describiera Teodomiro Ramírez de Arellano como "una de las mejores fondas de España". Con la demolición del inmueble, llamado así porque sus constructores, los hermanos Puzzini, eran suizos, quedó descubierta una amplia superficie de terreno a la que, poco a poco, se fueron añadiendo edificios que, en su mayoría, aún se conservan. De este modo surgieron, en 1926, en el margen occidental de la plaza las casas de Martín Fernández, trazada por Enrique Tienda Pesquero, y de Casana Diéguez, proyectada por el conocido arquitecto, conservador y arqueólogo Félix Hernández Giménez. No pasó ni un solo año cuando comenzaron a edificarse los edificios de la Unión y el Fénix y Telefónica que, situados en el costado norte de la Plaza de las Tendillas, fueron creados por los arquitectos Benjamín Gutiérrez Prieto y Ramón Aníbal Álvarez respectivamente. En 1928 se realizaron los pertenecientes al lado sur: la casa de los Condes de Colomera, también proyectado por Félix Hernández, y la de Enrique Barrios, de Aníbal González; ambos casos están considerados como unos de los ejemplos más interesantes de arquitectura historicista que alberga nuestra ciudad. La plaza se cerraba con el Instituto Provincial Luis de Góngora, que ya se encontrara en pie desde 1847, y alumno que fue, no hace mucho, quien les escribe. Sin embargo, el rasgo distintivo de la Plaza de las Tendillas, su icono, no es ninguno de estos singulares edificios, sino la bella escultura ecuestre de Don Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido popularmente como El Gran Capitán. Realizada en 1920 por el escultor cordobés Mateo Inurria Lainosa, fue ubicada en un primer momento en la Avenida del Gran Capitán, trasladándose a las Tendillas en 1927. 


Inurria, a quien le costó varios años cobrar por el trabajo realizado, recibió la medalla de honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920. La leyenda cuenta que la cabeza pertenecía a una antigua estatua del torero Rafael Molina "El Lagartijo", sin embargo, se trata de un hecho sin fundamentos, ya que el propio Inurria esculpió un busto del torero, que precisamente se encuentra en el Museo de Bellas Artes, y sus rasgos no coinciden en absoluto. 
Otro elemento característico de la Plaza de las Tendillas es su Reloj, inaugurado en 1961, cuya sonería sustituye las habituales campanas por acordes de soleares, grabados por el guitarrista flamenco Juanito Serrano. Se ha convertido en costumbre, que la tradicional fiesta de las uvas de año nuevo sea televisada desde nuestra ciudad, agolpándose todos los años miles de cordobeses en la plaza, comiéndose las doce uvas, correspondientes a los doce últimos segundos del año, al son de los acordes de tan original reloj. La reforma acaecida hace pocos años, y que alivió a la Plaza de las Tendillas de todo tipo de tráfico, a excepción del lado occidental, arrebató a la escultura del pequeño estanque ajardinado que la cercaba, sustituyéndola por una nueva fuente, cuya nota predominante es la sobriedad que desprende. De planta cuadrada, comprende en su interior una taza circular, en la que se desarrolla el pedestal sobre el que se ubica la estatua. A ambos lados, se hallan dos grupos de surtidores, compuestos por dieciséis chorros que manan agua en vertical, que son continuo objeto de juegos de niños, sobre todo en verano. 

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Plaza de Capuchinos


PLAZA DE CAPUCHINOS 

La Plaza de Capuchinos se llamó así desde principios del siglo XVII, cuando se fundó el primitivo convento de frailes franciscanos. De planta rectangular, prácticamente cerrada, domina por completo el blanco de la cal impregnada en sus lisas paredes. El afamado arquitecto Rafael de la Hoz dijo una vez de ella, en referencia a su sobriedad y elegancia, que "jamás en arquitectura se había hecho tanto con menos". Dos accesos posee la Plaza de Capuchinos, a este y oeste, desde la Cuesta del Bailío o desde la Plaza de las Doblas. Si nos adentramos en ella por La Cuesta del Bailío nuestra vista se dirigirá al imponente Cristo de los Faroles que preside la plaza, en cambio, si lo hacemos desde la vecina Plaza las Doblas, la blanca fachada del la Iglesia del Convento de los Capuchinos dominará por completo la perspectiva. 

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Fray Félix de Granada compró en 1629 al Marqués Almunia una casa de la Puerta del Corbacho, con el fin de erigir el Convento de Frailes Capuchinos en su lugar. Las obras estaban acabadas en el año 1633, construyéndose la iglesia unos años más tarde. La iglesia presentaba una planta de una sola nave con crucero cubierto por una cúpula sustentada sobre pechinas. La fachada albergaba entonces tres arcos de medio punto, quedando en la actualidad sólo el arco central, sobre el que se encuentra una hornacina con una bella imagen de "San Francisco", flanqueada por dos pequeños y estrechos vanos rectangulares. Remata el conjunto un gran frontón triangular del mismo ancho que la fachada, perforado en su centro por un pequeño óculo.

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 Los frailes sufrieron varios procesos de desamortización, como el decretado por el gobierno de José Bonaparte en 1810 o el protagonizado por el General Riesgo en 1821. Más tarde, con la desamortización de Mendizábal de 1835 se vendió y derribó el convento, quedando la iglesia en posesión de la Mitra. Durante estos años fueron incautados numerosos bienes, entre los que cabe destacar una "Sagrada Familia" de José de Ribera "El Espagnoletto". El primitivo Hospital de San Juan y San Jacinto fue fundado en el año 1596 por Fray Pedro del Castillo, en un enclave cercano a la Iglesia de San Juan de los Caballeros, hoy Iglesia de las Esclavas del Corazón de Jesús. El hospital permaneció allí hasta 1717, año en que el Padre Posadas lo trasladó a la plaza que nos ocupa, frente al citado Convento de Capuchinos. La Plaza de Capuchinos presenta dos accesos a iglesia y hospital. La portada de la iglesia es adintelada y se encuentra enmarcada por un frontón triangular partido, en el que se halla una hornacina con una imagen de la "Virgen de los Dolores". La portada del hospital, que también conduce a los pies de la iglesia, presenta un esquema similar a la anterior, solo que el frontón pasa a ser curvo, y la imagen representada en hornacina es ahora la de "San Jacinto", el santo titular del hospital, y debajo nos encontramos el escudo del Obispo Marcelino Siuri, quien fuera patrocinador de las obras.


 La Iglesia de los Dolores presenta una planta de una sola nave, cubierta por bóveda de cañón y cúpula sobre pechinas en el crucero. Destaca un excepcional camarín de corte neoclásico situado en la cabecera, que alberga la imagen de la Virgen de los Dolores, conocida popularmente como "la Señora de Córdoba", y que fuera tallada por el imaginero Juan Prieto hacia el año 1719. Uno de los altares del lado del evangelio se encuentra presidido por el Santísimo Cristo de la Clemencia, cotitular de la Cofradía de los Dolores, realizado por el escultor sevillano Amadeo.